picturesPàgina 3

MY BLOODY VALENTINE: LA EXPECTATIVA Y EL HECHO

[xrr rating=8/10]

“m b v” (2013)

Un hecho que no se pueda evitar al hablar de este disco es lo mucho que lo estábamos esperando. Hace más de 20 años que apareció “Loveless” en nuestras vidas. Y eso es mucho decir, porque es uno de esos discos que se queda ahí, acompañando el deambular vital. Muchas críticas se quedan ahí, pero justo en este punto empieza lo importante porque… ¿Quién no había imaginado cómo sonaría este disco? Es decir, el principal enemigo de este disco es el que cada uno teníamos en nuestra cabeza, generado a su vez por el modelo original: “Loveless”. La cosa no es que se quisiera otro igual, pero si uno era increíble en su momento, pues claro, habrá que imaginar cosas increíbles. Y nos olvidamos que romper la baraja una vez es difícil, romperla dos seguro que es demasiado.

Hay que decirlo, al escuchar el disco hay que afrontar la decepción de nuestra expectativa particular. No deslumbra, principalmente porque no lo busca y porque es un disco bastante oscuro, en algunos momentos hermético, pero ¿qué puedes esperar de Kevin Shields? Es el tipo que inventó una nueva manera de hacer ruido con una guitarra (y el estudio de grabación, dejemos de subestimar su capacidad como ingeniero de sonido), así que seguro que está acostumbrado a ir por caminos que no son esperados por los demás.

El disco en sí, el que ha acabado siendo de todos los posibles, es bueno, suena muy, pero que muy bien y contiene la marca de fábrica de My Bloody Valentine: guitarras líquidas que se retuercen, voces soterradas, etc. Pero vayamos al disco siguiendo las canciones: la inicial “She found now” se nos ofrece como una canción perfecta para días lluviosos, de hecho su sonido se podría definir como “lluvioso”, y llama la atención por lo planeadora que resulta. La siguiente, “Only tomorrow” seguramente es una de las mejores del disco, marca distancia con un sonido potente y más directo, así como mostrando un ritmo de batería poco habitual en el grupo, menos lineal que de costumbre. Pero se acaba haciendo un poco larga. De ahí llegamos a “Who sees you”. Como nunca se entienden las letras no se sabe quién mira, pero lo que sí se sabe es que te muestran el precioso ruido que saben hacer y lo únicos que son. Un gran ejercicio de estilo que entronca con “Loveless”. Entonces llega “Is this and yes” y nos sorprende por la ausencia de ruido, de hecho ni suenan guitarras, y decimos que es una innovación, que es nuevo. Pero no, es sorpresa en ellos, puesto que  canciones así hay muchas y esta puede resultar a veces intrigante a veces insulsa, y perdón por el epíteto. Pasamos a “If I am”, en la que destacan unos teclados con aire a Stereolab y un toque algo psicodélico. “New you” es otro ejemplo de nuevos aires para la banda, ya que tampoco hay asomo de ruido ni distorsión y despachan una canción pop de bella factura que, si quisieran, sería un buen single. A continuación, se abre la caja de las sorpresas con “In another way”, cuyo título describe bien el contenido: un ritmo que revitaliza su capacidad sónica, e interés por la aportación de la percusión al sonido global de la canción. Quizás, sea, en mi opinión, el tema del disco junto a la última del lote, “Wonder 2” donde impresionan con la aplicación de su sonido estilo “turbina de motor de avión” de una forma nueva. Entre estas dos canciones se encuentra el instrumental “Nothing is” del cual con el título está todo dicho.

Nos hemos encontrado con unos viejos amigos, unos que ya no creíamos en serio que nos volviéramos a encontrar, pero mira, ahí están. Igual consiguen sacar incluso más discos, no sé. De momento, su vuelta a los estudios de grabación nos deja un disco notable, aunque a cierta distancia de sus entregas precedentes.

 

Texto: Víctor M. Paredes

ICEAGE: ALGO HUELE A PUNK EN DINAMARCA

[xrr rating=7.5/10]

“You´re Nothing” (2013)

Los chavales paliduchos y casi imberbes que hace un par de años se despacharon uno de los discos del año, “New Brigade”, se han hecho un poco más mayores y vuelven para dejar claro que lo suyo es muy serio. Y oscuro, y violento, y punk. Por que esto último es lo suyo. Lo pueden disfrazar de post-punk a ratos si quieren pero escuchar los gritos de Elias Bender Ronnenfelt deja claro que lo suyo es actitud punk y lo demás detalles sin importancia.

“You´re Nothing” nos muestra un grupo que se consolida, que mejora el sonido, con una producción que les hace sonar más contundentes (por cierto, es autoproducido) y que consigue que el conjunto sea seguramente más sólido que el anterior, a pesar de que quizás se observe algo menos de brillo en los temas individualmente. Pero una muestra de la continuidad de su modus operandi es la duración del disco: “New Brigade” contenía 12 temas en algo más de 26 minutos. El disco que nos ocupa contiene 12 temas en poco más de 28. Es decir, no se han perdido en extrañas búsquedas de su “sonido” o han tratado de reinventarse a las primeras de cambio. Parece que tienen claro lo que quieren hacer.

“You´re nothing” se abre con “Ecstasy” (el vídeo lo podéis ver en YouTube), canción que impacta por el aparente cambio, ya que se observa más caos en la música y cierto deje cold wave, así como la rapidez del hardcore. Esta sensación pasa cuando nos encontramos con “Coalition” primer trallazo punk del disco. Una muy buena canción con dejes a Sonic Youth en la deriva de las guitarras. Y en esta dinámica parece estar un poco el disco: entre las sorpresas y las canciones que siguen más estrictamente la línea de su anterior álbum. Entre las primeras está el instrumental “Interlude”, de tintes entre industriales y ambientales, pero su frialdad no evita que sugiera amenaza. Otro punto a destacar es “Morals”, un tema que incluye piano, cambios de tempo y un ritmo marcial sobre el que el grupo se despacha a gusto y nos ofrecen una canción para el recuerdo. Hasta ahí las, digamos, “novedades” importantes. Por el lado de mayor continuidad destacan temas como “Burning hand” con su dinámica de crescendo, parada y volver a empezar, y su textura abrasiva. También es de destacar “In haze”, algo más melódica y absolutamente instantánea.

La segunda mitad del disco se vuelve algo más uniforme, con una sucesión de canciones en las que se da un patrón parecido y un sonido que va de lo directamente furibundo a lo crispado que nos tienen acostumbrados, y con menos momentos destacados hasta las dos últimas canciones: “Awake”, con un deje más pop, y “You´re Nothing”, donde explota todo el nihilismo de un grupo más oscuro y negro que la misma noche.

Texto: Víctor. M. Paredes

Julieta Jones + The New Cossacks: viatge de tornada

El divendres 18 de gener a la sala Sidecar van sonar les guitarres afilades de dues joves bandes: els barcelonins Julieta Jones i els madrilenys The New Cossacks. Aquests últims van tornar la visita que mesos abans havien fet els catalans a la capital d’Espanya.

El concert va servir per presentar el treball “Kelly” dels Julieta Jones que el van regalar amb l’entrada del concert. Però anem al gra…

Van començar els madrilenys sota l’atenta mirada de les persones que omplien la sala barcelonina. El Sidecar no té la fama que acostumi a sonar massa bé i, no sé si era la meva percepció esbiaixada, però aquesta vegada sonava tot prou homogeni i correcte, fins i tot diríem que bé! Van tocar una desena de cançons repartides entre els seus tres treballs “III”, “The King is dead” i “Revolution C.”. Van sonar potents, en part, gràcies a la contundència del bateria, que tanta energia va fer que acabés descamisat. Una bona manera de començar la nit.

I la nit la van continuar els Julieta Jones. Amb una posada en escena molt curosa i particular (hi havia un làmpada en forma de conill) se’ls notava que tenien ganes d’ensenyar les seves noves creacions. El concert va girar en torn al treball “Kelly”, abans citat, així vam poder moure’ns al ritme de “TV Boy”, “Wonder Alice” o la preciosa “Dance steps”. El set list estava complementat per les cançons del seu anterior treball “Prelude” publicat sota el nom de Dear Prudence. L’acte també va servir per presentar en públic el nou bateria l’Albert Aran.

N’estic segur que els dos grups s’ho van passar molt bé i així ens ho van transmetre. Esperem i desitgem que tinguin molta sort, perquè ho fan molt bé, però sobretot perquè ens tracten genial i són molt bones persones. I si teniu alguna oportunitat d’anar-los a veure, no dubteu: aneu-hi!

Ànims i endavant!

Text: Jordi Daumal

Fotos: Sergi Moro

BLACKCELONA: SOUL & FUNK MARCA DE LA CASA

Desde hace décadas un amplio sector del público barcelonés respeta y admira la música afroamericana. Como precursora del pop actual, la música apodada como “negra” nació fruto del choque de la cultura blanca norteamericana, -que no deja de ser un refrito de las cultura europea migratoria – y los esclavos africanos, que portaban consigo el ritmo del África negra en su ADN. Y es que Barcelona también es una ciudad de encuentro, donde las culturas confluyen y se fusionan. Su atractivo como ciudad portuaria y cosmopolita, e incluso su enclave como puerta de entrada de la inmigración africana a su “Nuevo mundo” Europeo (también esclavista), marca cierto paralelismo con aquella época.

Blackcelona nace de la mano del periodista, disc jockey y amante de la música negra Ferran Amado. La idea básica es convertirse en la plataforma de promoción y acción musical -mediante CDs recopilatorios y conciertos- de los grupos de Barcelona que se mueven dentro del ámbito de la música negra. Bandas que beben de influencias tan dispares como el sonido Motown de la década de los 60, el disco-funk de los 70 o el acid-jazz de los 90, por nombrar sólo algunas influencias. Tal como nos explicó el propio Ferran, el proyecto nace con la vocación de dar servicio a todas estas bandas que han caído en el olvido de los medios de comunicación, y ya nos avanzó que habrá una segunda edición del disco más dedicada a otros sonidos negros como el rhythm&blues, afrobeat o el ska-jazz.

La muestra parte de una premisa imprescindible: han de ser temas propios y no versiones de clásicos. Si entramos en materia, nos encontramos un CD recopilatorio con una selección de 16 temas – uno por cada formación- que dan para mucho. La primera impresión que percibo en la primera escucha es que se trata de un álbum heterogéneo, tanto en estilos como en el nivel de los grupos. En los recopilatorios en los que aparecen varias bandas, siempre se puede caer en el error de dejarse llevar por el criterio personal y perder la objetividad -si es que una crónica o crítica puede tener algo de objetivo…- así que destacaré las composiciones que desde mi punto de vista son más interesantes, sin que no valore y respete el buen trabajo hecho por los no nombrados.

En mi “top-1” estaría Astrio. Quizás es la rareza del recopilatorio y no es lo más representativo que se puede escuchar en el álbum, pero desde mi punto de vista están a otro nivel. Su fusión del jazz y funk con la electrónica está llegando a unos niveles de madurez y de excelencia, y tanto en directo como en estudio crean un sonido totalmente exportable. Se podrían nombrar varias influencias de diferentes géneros como Medeski Martin and Wood, Explosions in the Sky o Daft Punk, pero la realidad es que disco a disco están engendrando su propia y camaleónica personalidad.

Como segundos de abordo la cosa está más reñida. La rumba-funk de Achilifunk con la colaboración de la Orquesta del Taller de Músics soprenden por su sonido gamberro e innovador. Toman el relevo del trabajo hecho por gente como Kiko Veneno o Los Chichos (en su época más funk), con una solvencia y calidad de arreglos incuestionable. A la par de Achilifunk situaría a Los Fulanos, con una sonoridad a medio camino entre el boogaloo y el latin-jazz o el groove de The Slingshots por la cadencia de sus ritmos y el empaque que siempre otorga un órgano Hammond B-3 tocado con buen gusto. Sería totalmente injusto no hacer mención a bandas como Cardova con su funk con estribillo “Beatlero” (reciclan el “Beep beep, beep beep yeahhh!” del ‘Drive my Car’ con gracia), o la potencia del Rhythm and Soul de The Excitements, con una soberbia puesta en escena liderada por el torbellino visual-musical de la vocalista Koko Jean Davis o la guitarra del omnipresente Lalo López (Funk Barcelona y Lalo López son sinonimos).

Lo cierto es que cada uno debería sacar sus propias conclusiones e investigar cuales son las propuestas que más se adaptan a los gustos personales, ya que el término “música negra” abarca a una gran cantidad de estilos y subestilos. Una gran oportunidad para volver a disfrutar de uno de los eventos organizados por este colectivo, pueden ser las Blackcelona Sessions que se pondrán en marcha en la sala Alfa de Gràcia los últimos jueves de cada mes, con concierto y sesión de Dj incluída. Así que si alguna vez se os ha movido la cadera instintivamente al escuchar James Brown, se os ha erizado la piel escuchando la voz de Stevie Wonder o habéis hecho la guitarra imaginaria -aunque sea en la intimidad- al escuchar un solo de Chuck Berry, no hace falta que cojáis un vuelo a las Américas para disfrutar de esta música. Lo tenéis muy cerquita de casa y se llama Blackcelona.

Texto: Álex Pérez

Fotos: Xavi Mercadé/ Xavi Torrent

Seward: producte de qualitat

En el marc del cicle BandAutors del Palau de la Música, el dissabte 12 de gener el Petit Palau es vestia de gala per rebre a un dels grups més sorprenents i curiosos de l’escena musical actual: Seward (la millor nova banda del 2012 segons el web anglès A new band a day).

Els Seward sortiren a l’escenari capitanejats per l’Adriano Galante (veu, guitarra i banjo) i amb en Pablo Schvarzman (guitarra, samplers i sorolls), en Martin Leiton (contrabaix), en Juan R. Berbin (bateria i percussions), en Jordi Matas (guitarra) i en Marcel·li Bayer (saxo alt, baríton i clarinet). Es van col·locar cadascú al seu lloc i van començar a inundar la sala amb el seu particular so i els meravellosos i autèntics registres vocals de l’Adriano.

Al llarg de més de dues hores van tocar més de vint cançons, van passejar entre diferents estils que van des del jazz més frenètic (“Secondly, Rebirth”, “Grandma’s Sleeping With Books”) passant pel rock experimental (“This Amount”, “Sesame” o “Absurd & Brave”) i amb moments delirants de sons embriagadors (“You At My Back”). Pauses expectants que et feien estar amb tensió, sense saber si aplaudir, cridar (si que es va sentir algun crit de buenísimo i genial) esperant a una altra ràfega de notes. I te n’adones que portes quatre minuts amb la boca oberta totalment al·lucinat. Això és el que provoca la música dels Seward. I ells la transmeten així. La senten. La viuen.

I tant sorprenent com ho és la seva música, van marxar tal i com van entrar, sense dir res, saludant mentre sonava la versió de Dean Martin de la famosa “Everybody Loves Somebody”.

I és que Seward són en el món de la música el que les perles són a la joieria o les tòfones a la gastronomia: un producte de qualitat difícil de trobar. Un gust diferent d’assimilar. Un so complicat d’entendre. Però un cop hi has entrat, en vols, en necessites més i necessites tornar-los a veure i a escoltar. Uns genis que no deixen indiferent a ningú.

Us convidem a entrar en el seu món i a gaudir-ne!

Text: Jordi Daumal

Fotos: Sergi Moro

Misticismo Navideño

Dentro del incomparable marco de l’església del Pi, en pleno centro de la Ciudad Condal, el pasado sábado 22 de diciembre pudimos presenciar uno de esos conciertos que realmente apetecen en vísperas de estas entrañables fiestas Navideñas, que para bien o para mal, la sociedad casi nos obliga a celebrar – siempre que tu credo religioso sea cercano al cristiano-.

 Sílvia Perez Cruz y Ravid Goldschmidt forman un dúo muy singular a voz y hang. Para quien no lo sepa, el hang es un instrumento creado en Suiza hace 10 años, que se inspira en el Steeldrum de Trinidad y Tobago. Su sonido es cercano a un xilófono pero su timbre es mucho más dulce y posee algunas diferencias más. Por ejemplo, el hang tiene 8 notas y es monotono. Podríamos describir la sonoridad de este instrumento como hipnótica y de una belleza difícil de catalogar. Siendo un poco burdo, se podría definir como un instrumento ideal para una sesión de Reiki.

 Abriendo el recital con la composición propia “Gitana primera”, el dueto nos dio muestras de ese intimismo casi místico que desprenden. La fusión de estos dos músicos crea un aura capaz de transportar al oyente a un plano más introspectivo, en el que los símbolos religiosos, la armonía de los movimientos de Ravid y la calidez de Sílvia cautivan como una sutil llama de fuego prendiendo en una chimenea.

 Una vez entrados en calor, Sílvia nos fue explicando cada una de sus historias en forma de canción, dotando de simpatía e inocencia a las introducciones de las piezas musicales. Se palpa la buena armonía personal que hay entre estos dos músicos, y el amor y la amistad que se tienen impregnó cada una de las piezas interpretadas. En un viaje que partió de aguas del Mediterráneo con la habanera “Vestida de nit” compuesta por los padres de Sílvia, hizo parada en el sur Ibérico con la canción de la película “Blancanieves” y llegó a aguas de Atlántico para regalarnos el precioso fado “Lágrima”.

 El recital cerró con una de esas mágicas paradojas, que dentro del contexto eclesiástico en el que nos encontrábamos se hizo mucho más especial. Rindieron un bonito homenaje a la vida y a la muerte, explícito a las mujeres que están a punto de parir -debido al estado de buena esperanza de la esposa de Ravid-, e implícito al padre de Sílvia, que la acompaña en el recuerdo en cada uno de sus conciertos desde la huella imborrable de su música.

 El público premió el espectáculo con una obligada ovación encabezada por el honorable Pasqual Maragall. A modo de anécdota, se sorteó una panera navideña compuesta por entrañables objetos de poco valor económico, pero de mucho simbólico. Unos cuantos CDs de los músicos y hasta un pan artesano hecho por el mismísimo Ravid fueron los premios que sirvieron de consuelo para los no premiamos en el sorteo del Gordo de Navidad. Por un instante, en ese pintoresco momento, Sílvia y Ravid me transportaron a esa Navidad de antaño, esa navidad con olor a pueblo y sabor a cava y polvorón. Así que solo me queda agradecerles ese bonito viaje, y como no, esperar a que el año que viene vuelvan a deleitarnos con lo que parece una cita casi obligada.

Texto: Alex Pérez Medina

Fotos: Tatiana Moret Ruz

CALEXICO: VIENTOS DEL SUR

[xrr rating=8.5/10]

En muchas culturas el número siete es un número mágico y para la banda de Tucson, que presenta el séptimo disco de estudio de su carrera, puede que represente el buen momento por el que están pasando. Lo que está claro es que este grupo no delega su destino a la suerte, ya que es indiscutible que a sus espaldas tienen una dilatada carrera basada en la honestidad y la calidad.

El nombre del disco ‘Algiers‘ hace referencia al lugar donde ha sido grabado. Es un barrio de New Orleans al que Calexico se ha desplazado para captar la influencia europea que pretendían. Debido a este movimiento, al realizar la primera escucha pensé encontrar influencias jazzísticas, pero no ha sido así. Es un trabajo totalmente identificable en la línea de Calexico pero no por ese continuismo representa ni un ápice inferior de calidad.

Los de Tucson han vuelto a firmar temas de altura. Entre ellos encontraríamos “Epic”, “Splitter”, “Para” y “Maybe on Monday” que ya demuestran ser los más accesibles desde la primera escucha. Reseñar la colaboración de Jairo Zabala (DePedro) patente de manera más visible en los temas “Puerto” y “No te vayas”.

En definitiva, un disco en el que de nuevo Calexico nos cogen de la mano para transportarnos mentalmente por sus fueros fronterizos en los que notamos el viento sureño a la vez que el sol nos tuesta el rostro.

Texto: Jose Aguilera

 

We are standard: danzad, danzad, malditos!

La 15a edició del festival Euskal Herria Sona organitza’t per l’Euskal Etxea de Barcelona va portar uns dels grups bascos menys bascos del món: els We are standard. Arribaven a Barcelona d’haver actuat la nit anterior a Donosti i estaven, segons paraules del seu cantant, una mica ressacosos. Això no els hi va impedir fer un concertàs (com ja ens tenen acostumats).

La sala Bikini es va vestir de gala per acollir el grup de Getxo. Només va faltar més afluència de públic… Sobta que un grupàs com ells no omplissin la sala. Suposem que són les moltes activitats paral·leles i la situació econòmica actual. Tot hi fa…

Van començar amb “Good ones” del seu últim EP “Great state” i l’allau de cançons no van parar al llarg de l’hora i poc que va durar el concert. No van faltar “The last time”, “The first girl who got a kiss without a please” o “Dont’ let the children play around” del disc “We are standard”, “Txusma” del “3.000v – 40.000w” i versions com “Waiting for the man” de The Velvet Underground. Cançons per no parar de saltar i ballar.

Bona part de l’espectacle, a part de les bones cançons i els grans músics que són, va anar a càrrec d’en Deu Txakartegi. El cantant i showman va estar provocador com sempre. Ens va fer riure i ho va donar tot a dalt l’escenari, com ho certificava la camisa xopa de suor al finalitzar el concert.

Un concertàs, com he dit a l’inici, amb majúscules. Només una queixa: no van tocar “Summer”. Però se’ls hi perdona. A ells els hi perdono tot!

Text: Jordi Daumal

Fotos: Dolors Ferré

Andreu Rifé: el cantactor

Divendres fredolic i plujós de novembre. El club Tr3sc organitzava, a la sala B de Luz de Gas, un d’aquests concerts exclusius per les persones sòcies. Aquesta vegada era el torn de l’Andreu Rifé, el cantant i actor, és a dir, el cantactor. Presentava el seu últim disc “Ping Pong”.

Va ser un concert familiar i l’Andreu va estar acompanyat de molts amics i amigues que tenien l’oportunitat d’escoltar-lo, novament, després d’un temps centrat en la seva faceta d’actor. Bé, ho direm ja, el podreu tornar a veure fent de doctor a la sèrie Polseres vermelles. Ja està dit…

Al principi del concert, l’Andreu Rifé i els seu grup (format per en Raúl Juan a les guitarres, programacions i productor del disc, Carlos Rivero al baix i veus, Roger Pi a la bateria i Dani Prat als teclats) van haver de conviure amb petits problemes de so que es van arreglar ràpidament.

L’Andreu ha fet un disc popero, tal com ell mateix ens va comentar quan el vam entrevistar. I fa unes lletres properes i quotidianes. En resum, un pop proper i senzill. Agradable i fàcil d’escoltar. Per tant, objectiu aconseguit.

Va obrir el concert, curiosament, amb “És el bon moment” l’última cançó del disc. Evidentment, el concert va girar al voltant del “Ping Pong”, però també vam tenir sorpreses com les noves “Dos rombos” i “Tovalloles”. Així com algunes cançons dels seus anteriors treballs: la rapera “Pa torrat” del “Roba’m la cartera” i “Poema d’amor” del “Terrós!”.

El concert va servir per saber que, a l’Andreu li agrada xerrar. I ens va fer riure amb algun que altre monòleg. Un artista en totes les seves lletres. I, mica en mica, vam arribar al final del concert, però les ganes de la gent va fer que sortissin a fer una última cançó. Tot i que estàvem, en argot futbolístic, en temps de descompte. No en tenien cap més de preparada i va haver-hi un petit moment assembleari on tothom va començar a cridar la seva cançó preferida. Ells van acabar per repetir el seu primer single del disc “M’agrada el Ping Pong”.

I vam marxar contents. Contents de veure l’Andreu. Contents d’haver gaudit d’un bon concert. De veure antics amics i amigues de l’escola o de la universitat. I d’haver passat una bona estona. I podem dir que també ens agrada el ping pong!

Text: Jordi Daumal

Fotos: Sergi Moro

El post-rock D.O destaca al Sidecar

Feia temps que s’anunciava el concert dels americans Caspian el 22 d’octubre al Sidecar. La tendència és deixar els teloners en un segon pla, perquè fins tres setmanes abans no havíem sentit el primer disc de Syberia. Un cop sentit, teníem clar que no podíem fer tard.

El concert va començar uns minuts abans per donar temps a tothom a agafar el metro d’abans de les dotze; s’agraeix que la sala Sidecar ho tingués en compte. Quan entraves veies com tothom s’amuntegava davant de l’escenari, com si ningú es volgués perdre ni una sola nota del torrent d’ambients i melodies que estaven a punt de sonar.

Syberia va arrencar amb la coneguda ‘Renaissance’, un tema totalment in crescendo que va escalfar el públic, i gairebé sense parar van començar ‘Stampede’ donant canya i fent patents els orígens més metal de la banda. El so estava clavat i la sonoritat de la sala feia que no s’empastés en els moments on sonaven les tres guitarres desgarradores.

Amb ‘Colossus Collapse’ es van endinsar més suaument en els moments èpics, i el públic fins i tot va corejar la melodia de guitarra i les notes del baix amb afinació stoner.

Amb ‘Tidal Waves’ i ‘The Day After the End of the World’ van baixar una mica el ritme del concert per tornar-lo a pujar amb ‘Drawing a Future’ i ‘Red Dawn’, que van sonar potents, dibuixats, perfectes. Fins i tot ells mateixos es van aplaudir, el mínim; van fer un concert esplèndid.

Caspian van començar amb una imatge molt potent. Ells, enormes sobre l’escenari (gairebé tocaven el sostre de la sala amb el cap) perfilats per les llums blaves i vermelles. Van fer una bona repassada a la seva discografia, des del ‘The Four Trees’ amb ‘Some are White Light’ tocant-ne vàries del disc que presentaven, ‘Weaking a Season’, amb més estones melòdiques i menys canya que al primer EP ‘You are the Conductor’. Sembla que a Barcelona es van deixar la potència guitarrera aparcada i van intensificar els moments ambientals i èpics, més a l’estil Sigur Rós. El final amb els components tocant junts plats i parts de la bateria i només donant melodia al baix, va donar el toc d’espectacle que molts buscàvem en Caspian. Tot plegat va acabar d’arrodonir una vetllada molt especial per als fans i no tan fans del post-rock.

Text: Eduard Moret i Núria Saban

Fotos: Sergi Moro