The Pepper Pots

Los grandes clásicos sacuden el Cruïlla BCN

Parece que el Cruïlla BCN se va consolidando como uno de los festivales de referencia en Barcelona, y lo quiere hacer alejado de las pretensiones de otros como el Primavera Sound o el Sónar. Este año atrajo a un total de 22.000 personas, que pudieron disfrutar sin estar enlatados de una programación no sólo nutrida por grandes clásicos, sino de una decena de bandas de la escena local que bien se merecen ocupar cada vez más lugar en carteles de festivales. Un notable a la organización, que ha tenido en cuenta nuestra rica escena musical y tiene la personalidad suficiente para igualar la propuesta de por ejemplo artistas como M.I.A y Astrio -tocaron exactamente a la misma hora y puedo atestiguar que al trío catalán le faltó pista de baile-.

 Pero vamos a empezar por los grandes clásicos, el gancho al que se agarraron muchos a la hora de comprarse la entrada. Iggy Pop fue el primero en hacer temblar los cimientos del Fòrum con unas contorsiones y bailes frenéticos que parecen no tener fecha de caducidad. `Raw power’ y ‘Search & Destroy’ ganaron peso en un repertorio adornado por los bailes de unos cuantos fans en el escenario y un salto de Iggy Pop al público que seguro que le costó el labio. ‘¡Estoy sucio!’ gritó antes de entonar las primeras notas de ‘Louie Louie’. Un 10 para este agitador de masas y veterano de los escenarios que según parece tiene cuerda para rato.

Otro de los puntales fue el poeta dub jamaicano Linton Kwesi Johnson que arropado por ritmos reggae recitó poesías de alto contenido político que apelaban a su lucha en Gran Bretaña contra el racismo y el fascismo. ‘¿Who has the money?’ formuló con indignación a la clase banquera. Una buena dosis de inconformismo y beligerancia protagonizada por este mito del dub acompañado por ocho ‘musicazos’ en su directo.

The Specials, quizás los más esperados, pusieron la maquinaria ska revival en marcha para acontentar a sus fans. Después de 14 años sin pisar nuestros escenarios volvieron sobre todo con clásicos de su primer disco. Cómo no, sonaron ‘A message to you, Rudy’ y ‘Monkey Man’.

Saltamos a otro estilo, el soul en estado puro capitaneado por Sharon Jones, que bien podría ser prima hermana de James Brown con sólo apreciar su fuerza eléctrica encima del escenario. Y después de la controvertida M.I.A (tuve que sacrificar su concierto en pro de los Astrio) llegaron los monstruos del hip hop Cypress Hill arropados por una efectista y agresiva puesta en escena. Estos defensores de la legalización de la marihuana llevaron al Fòrum a cotas máximas de contagiosa euforia.

Y ahora vamos a dejar bien alto lo nuestro, que bien se lo merece. Quimi Portet en directo hasta consigue animar a una piedra, aunque sean las ocho de la tarde. La banda suena compacta y fina como una seda, y parte del mérito está en la grandiosa labor del guitarra Jordi Busquets y del compañero de batallas de Quimi, el bajo Antonio Fidel junto al batería Charly Oliver. “Es cansado esto de ser cantautor”, decía Quimi después de sudar la gota gorda contorneándose como toda una estrella del rock (¡y es que lo es!). ‘Fem el ximple’, ‘Sunny day’, ‘Vida interior d’un lluç’ sonaron junto a clásicos como ‘Progresso adequadament’ o ‘La Rambla’.

Depedro fue otra grata sorpresa del Cruïlla, que bien parece llevar en su música la esencia de este festival. Fuera etiquetas, fuera modas: él hace la música que le gusta, que eminentemente es canción de autor pero que quizás bebe del folk fronterizo. En muchos momentos parecía que el alma de Calexico estuviera allí impregnando todo el show (de hecho colaboraron en su último disco ‘Nubes de papel’). Amparo Sánchez estuvo presente en cuerpo y alma para interpretar junto a Depedro algún tema del repertorio, en el que no faltaron ‘Diciembre’, ‘Como el viento’. Hasta hicieron una versión del famoso ‘Blister in the sun’ de Violent Femmes.

Astrio brillaron con sus melodías más cercanas a la electrónica. Este trío jazzero que ya no lleva el ‘Ass’ por bandera podría encajar perfectamente tanto en la programación de un festival de jazz, de electrónica, de pop o de rock. Con sus trajes futuristas y sus ritmos tan bailables parecían los nuevos Daft Punk catalanes, y montaron una buena fiesta que traspasó los límites de la carpa que arropaba el escenario Ramon Llull. Hubo mucha personalidad, mucho groove y virtuosismo musical y además puesto al alcance de todos, que es lo más difícil.

The Pepper Pots llevan al sentido más estricto el término revival, desde su música hasta su puesta en escena. La coros y la combinación de las tres voces femeninas es a mi parecer uno de los grandes aciertos de esta banda que pone alto el listón del soul y del rock steady a nivel local. Sonaron temas de ‘Train To Your Lover’ pero también nos sorprendieron con una versión de ‘Please Mr Postman’. Las coreografías más guatequeras se sucedieron hasta el último acorde del repertorio.

Otro que no puedo dejarme en el tintero es a Bigott, el gran maestro de los festivales (si echáis un ojo a la programación de los festivales de este verano sabréis porqué). Mucha guasa, mucho descaro y mucho pop psicodélico, el de este zaragozano que dice cantar en inglés para no entender sus tontadas. Toda la banda (con mucha presencia de teclados y del sinte) arropaba bien de cerca a Bigott, que interpretó entre movimientos estrafalarios sobre todo temas de su último disco ‘The Orinal Soundtrack’. Cómo no, en los bises no podía faltar uno de sus hits ‘Dead mum walking’.

Prats estaba de estreno, con su ‘Pla B’, un pop arropado por la fuerza de Madee y que a u vez bebe de la herencia de The New Raemon. Se estrenaron delante de un público que se posicionaba tímidamente (era de los primeros grupos programados en el festival), y a momentos sonaban a coctel de Mishima y The New Raemon. Defiendieron lo suyo -aunque también cayó una versión más cañera de ‘Ja no sap greu’ de Paul Fuster -, arropados sobre todo por amigos y seguidores de la reserva indie catalana.

 Text: Tatiana Moret

Fotos: Xavi Torrent

Eli “Paperboy” Reed & TPP: un Magnum Premium!

Si l’Eli “Paperboy” Reed fos un gelat seria un Magnum. Sí, un Magnum de vainilla recobert d’una fina capa de xocolata negra. Algunes cançonetes dolces, alguns temes frescos i sobre l’aspecte juvenil i caucàsic de noi “acomodat” de Nova Anglaterra un revestiment d’intens soul afroamericà. Trepitjà l’escenari fet un pinzell: americana, corbata, sabates d’immaculada brillantor i una clenxa que, a diferència de la resta de detalls, aguantà inalterable durant tot el concert. Un Magnum Premium, vaja.

No seria just, però, començar parlant de l’actuació del bostonià sense abans mencionar que aquesta va anar precedida per un repertori de set cançons interpretades íntegrament pels gironins The Pepper Pots, que després acompanyarien el nord-americà durant tot el seu concert. Elegants els mascles i moníssimes elles amb els seus vestidets curts (i si això fos l’APM? apareixeria el famós tall “Ui, que machista!“) van deixar el llistó, d’estilisme però sobretot musical, a un molt bon nivell, el nivell que els ha portat a tocar a d’altres places de renom d’arreu el nostre planeta.

L’Adriana, l’Aya i la Marina, en el que semblava una sana competència, van anar rellevant-se en la funció de cantant solista demostrant, una a una, les seves dots vocals. Les coreografies simples i divertidament innocents amb aires 50’s acabaren d’arrodonir la posada en escena.
Amb excel·lent tessitura ens oferiren un tast del seu Train To Your Lover (2011) amb temes com I Can’t Choose, You Hurt Me Really Bad, Can’t Let Him Go, Train To Your Lover o Wanna Blindly Trust In You i un petit glop del Now! (2009) amb Real True Love.

Tornem de nou amb Mr. Paperboy, presentat com l’estrella de la vetllada i rebatejat pels catalans com Eli “Pepperboy” Reed, per fer-se’l més seu. Només sortir va revolucionar la sala, un recinte ple de gom a gom ansiós d’escoltar la sorprenent veu de l’artista. Els entesos creuen reconèixer en ella trets i influències de Tyrone Davis (que efectivament semblen ser-hi) però els seus xiscles recorden inevitablement a James Brown. Al meu costat, un individu reciclat del Proyecto Hombre que s’embolica i posteriorment es fuma un porro (sense fer-lo rular!) està d’acord: – Venga James Brown, dale caña! – baladreja roncament. Per acabar-ho d’adobar la Jennifer, la famosa xoni de Castefa, també ha vingut: el primer cop que el cantant s’apropà al marge de l’escenari aquesta li etzibà a pulmó obert un “I love you!” que en primera instància fa riure els adjacents. Malauradament no va entendre que les bromes més val no cremar-les i, vergonyosament, es va passar tot el concert increpant al pobre nano que ja no sabia on amagar-se.

Sia com sia el tàndem Paperboy/Pepper Pots sonà magníficament bé. El seu projecte discogràfic conjunt, l’EP de versions Time And Place, va ser repassat íntegrament amb mestrança: Time And Place, There Ain’t No Man That Can’t Be Caught, Take It Like a Man i, el moment més memorable de la vetllada, el duet format per l’Eli i l’Aya amb Don’t Mess Up a Good Thing.

Com no podia ser d’una altra manera també hi hagué temps pels temes originals de l’intèrpret, com l’inicial i espectacular The Satisfier o Come And Get it, així com per grans temes del soul com Don’t Sign The Papers Baby (I Want You Back) de Jimmy Delphs.

I per últim un homenatge al grandíssim Ray Charles amb la interpretació de I’ll be your servant, on rodejat per uns Pepper Pots fent cors i palmes l’estatunidenc s’acomiadà d’aquella peculiar fauna urbana que es donà cita en l’emblemàtic recinte del Paral·lel barceloní.

I és que el soul, germanes i germans, el portem tots a dins.

Text: Alex Reuss

Fotos: Ma.Carme Montero