Astrio

BLACKCELONA: SOUL & FUNK MARCA DE LA CASA

Desde hace décadas un amplio sector del público barcelonés respeta y admira la música afroamericana. Como precursora del pop actual, la música apodada como “negra” nació fruto del choque de la cultura blanca norteamericana, -que no deja de ser un refrito de las cultura europea migratoria – y los esclavos africanos, que portaban consigo el ritmo del África negra en su ADN. Y es que Barcelona también es una ciudad de encuentro, donde las culturas confluyen y se fusionan. Su atractivo como ciudad portuaria y cosmopolita, e incluso su enclave como puerta de entrada de la inmigración africana a su “Nuevo mundo” Europeo (también esclavista), marca cierto paralelismo con aquella época.

Blackcelona nace de la mano del periodista, disc jockey y amante de la música negra Ferran Amado. La idea básica es convertirse en la plataforma de promoción y acción musical -mediante CDs recopilatorios y conciertos- de los grupos de Barcelona que se mueven dentro del ámbito de la música negra. Bandas que beben de influencias tan dispares como el sonido Motown de la década de los 60, el disco-funk de los 70 o el acid-jazz de los 90, por nombrar sólo algunas influencias. Tal como nos explicó el propio Ferran, el proyecto nace con la vocación de dar servicio a todas estas bandas que han caído en el olvido de los medios de comunicación, y ya nos avanzó que habrá una segunda edición del disco más dedicada a otros sonidos negros como el rhythm&blues, afrobeat o el ska-jazz.

La muestra parte de una premisa imprescindible: han de ser temas propios y no versiones de clásicos. Si entramos en materia, nos encontramos un CD recopilatorio con una selección de 16 temas – uno por cada formación- que dan para mucho. La primera impresión que percibo en la primera escucha es que se trata de un álbum heterogéneo, tanto en estilos como en el nivel de los grupos. En los recopilatorios en los que aparecen varias bandas, siempre se puede caer en el error de dejarse llevar por el criterio personal y perder la objetividad -si es que una crónica o crítica puede tener algo de objetivo…- así que destacaré las composiciones que desde mi punto de vista son más interesantes, sin que no valore y respete el buen trabajo hecho por los no nombrados.

En mi “top-1” estaría Astrio. Quizás es la rareza del recopilatorio y no es lo más representativo que se puede escuchar en el álbum, pero desde mi punto de vista están a otro nivel. Su fusión del jazz y funk con la electrónica está llegando a unos niveles de madurez y de excelencia, y tanto en directo como en estudio crean un sonido totalmente exportable. Se podrían nombrar varias influencias de diferentes géneros como Medeski Martin and Wood, Explosions in the Sky o Daft Punk, pero la realidad es que disco a disco están engendrando su propia y camaleónica personalidad.

Como segundos de abordo la cosa está más reñida. La rumba-funk de Achilifunk con la colaboración de la Orquesta del Taller de Músics soprenden por su sonido gamberro e innovador. Toman el relevo del trabajo hecho por gente como Kiko Veneno o Los Chichos (en su época más funk), con una solvencia y calidad de arreglos incuestionable. A la par de Achilifunk situaría a Los Fulanos, con una sonoridad a medio camino entre el boogaloo y el latin-jazz o el groove de The Slingshots por la cadencia de sus ritmos y el empaque que siempre otorga un órgano Hammond B-3 tocado con buen gusto. Sería totalmente injusto no hacer mención a bandas como Cardova con su funk con estribillo “Beatlero” (reciclan el “Beep beep, beep beep yeahhh!” del ‘Drive my Car’ con gracia), o la potencia del Rhythm and Soul de The Excitements, con una soberbia puesta en escena liderada por el torbellino visual-musical de la vocalista Koko Jean Davis o la guitarra del omnipresente Lalo López (Funk Barcelona y Lalo López son sinonimos).

Lo cierto es que cada uno debería sacar sus propias conclusiones e investigar cuales son las propuestas que más se adaptan a los gustos personales, ya que el término “música negra” abarca a una gran cantidad de estilos y subestilos. Una gran oportunidad para volver a disfrutar de uno de los eventos organizados por este colectivo, pueden ser las Blackcelona Sessions que se pondrán en marcha en la sala Alfa de Gràcia los últimos jueves de cada mes, con concierto y sesión de Dj incluída. Así que si alguna vez se os ha movido la cadera instintivamente al escuchar James Brown, se os ha erizado la piel escuchando la voz de Stevie Wonder o habéis hecho la guitarra imaginaria -aunque sea en la intimidad- al escuchar un solo de Chuck Berry, no hace falta que cojáis un vuelo a las Américas para disfrutar de esta música. Lo tenéis muy cerquita de casa y se llama Blackcelona.

Texto: Álex Pérez

Fotos: Xavi Mercadé/ Xavi Torrent

Los grandes clásicos sacuden el Cruïlla BCN

Parece que el Cruïlla BCN se va consolidando como uno de los festivales de referencia en Barcelona, y lo quiere hacer alejado de las pretensiones de otros como el Primavera Sound o el Sónar. Este año atrajo a un total de 22.000 personas, que pudieron disfrutar sin estar enlatados de una programación no sólo nutrida por grandes clásicos, sino de una decena de bandas de la escena local que bien se merecen ocupar cada vez más lugar en carteles de festivales. Un notable a la organización, que ha tenido en cuenta nuestra rica escena musical y tiene la personalidad suficiente para igualar la propuesta de por ejemplo artistas como M.I.A y Astrio -tocaron exactamente a la misma hora y puedo atestiguar que al trío catalán le faltó pista de baile-.

 Pero vamos a empezar por los grandes clásicos, el gancho al que se agarraron muchos a la hora de comprarse la entrada. Iggy Pop fue el primero en hacer temblar los cimientos del Fòrum con unas contorsiones y bailes frenéticos que parecen no tener fecha de caducidad. `Raw power’ y ‘Search & Destroy’ ganaron peso en un repertorio adornado por los bailes de unos cuantos fans en el escenario y un salto de Iggy Pop al público que seguro que le costó el labio. ‘¡Estoy sucio!’ gritó antes de entonar las primeras notas de ‘Louie Louie’. Un 10 para este agitador de masas y veterano de los escenarios que según parece tiene cuerda para rato.

Otro de los puntales fue el poeta dub jamaicano Linton Kwesi Johnson que arropado por ritmos reggae recitó poesías de alto contenido político que apelaban a su lucha en Gran Bretaña contra el racismo y el fascismo. ‘¿Who has the money?’ formuló con indignación a la clase banquera. Una buena dosis de inconformismo y beligerancia protagonizada por este mito del dub acompañado por ocho ‘musicazos’ en su directo.

The Specials, quizás los más esperados, pusieron la maquinaria ska revival en marcha para acontentar a sus fans. Después de 14 años sin pisar nuestros escenarios volvieron sobre todo con clásicos de su primer disco. Cómo no, sonaron ‘A message to you, Rudy’ y ‘Monkey Man’.

Saltamos a otro estilo, el soul en estado puro capitaneado por Sharon Jones, que bien podría ser prima hermana de James Brown con sólo apreciar su fuerza eléctrica encima del escenario. Y después de la controvertida M.I.A (tuve que sacrificar su concierto en pro de los Astrio) llegaron los monstruos del hip hop Cypress Hill arropados por una efectista y agresiva puesta en escena. Estos defensores de la legalización de la marihuana llevaron al Fòrum a cotas máximas de contagiosa euforia.

Y ahora vamos a dejar bien alto lo nuestro, que bien se lo merece. Quimi Portet en directo hasta consigue animar a una piedra, aunque sean las ocho de la tarde. La banda suena compacta y fina como una seda, y parte del mérito está en la grandiosa labor del guitarra Jordi Busquets y del compañero de batallas de Quimi, el bajo Antonio Fidel junto al batería Charly Oliver. “Es cansado esto de ser cantautor”, decía Quimi después de sudar la gota gorda contorneándose como toda una estrella del rock (¡y es que lo es!). ‘Fem el ximple’, ‘Sunny day’, ‘Vida interior d’un lluç’ sonaron junto a clásicos como ‘Progresso adequadament’ o ‘La Rambla’.

Depedro fue otra grata sorpresa del Cruïlla, que bien parece llevar en su música la esencia de este festival. Fuera etiquetas, fuera modas: él hace la música que le gusta, que eminentemente es canción de autor pero que quizás bebe del folk fronterizo. En muchos momentos parecía que el alma de Calexico estuviera allí impregnando todo el show (de hecho colaboraron en su último disco ‘Nubes de papel’). Amparo Sánchez estuvo presente en cuerpo y alma para interpretar junto a Depedro algún tema del repertorio, en el que no faltaron ‘Diciembre’, ‘Como el viento’. Hasta hicieron una versión del famoso ‘Blister in the sun’ de Violent Femmes.

Astrio brillaron con sus melodías más cercanas a la electrónica. Este trío jazzero que ya no lleva el ‘Ass’ por bandera podría encajar perfectamente tanto en la programación de un festival de jazz, de electrónica, de pop o de rock. Con sus trajes futuristas y sus ritmos tan bailables parecían los nuevos Daft Punk catalanes, y montaron una buena fiesta que traspasó los límites de la carpa que arropaba el escenario Ramon Llull. Hubo mucha personalidad, mucho groove y virtuosismo musical y además puesto al alcance de todos, que es lo más difícil.

The Pepper Pots llevan al sentido más estricto el término revival, desde su música hasta su puesta en escena. La coros y la combinación de las tres voces femeninas es a mi parecer uno de los grandes aciertos de esta banda que pone alto el listón del soul y del rock steady a nivel local. Sonaron temas de ‘Train To Your Lover’ pero también nos sorprendieron con una versión de ‘Please Mr Postman’. Las coreografías más guatequeras se sucedieron hasta el último acorde del repertorio.

Otro que no puedo dejarme en el tintero es a Bigott, el gran maestro de los festivales (si echáis un ojo a la programación de los festivales de este verano sabréis porqué). Mucha guasa, mucho descaro y mucho pop psicodélico, el de este zaragozano que dice cantar en inglés para no entender sus tontadas. Toda la banda (con mucha presencia de teclados y del sinte) arropaba bien de cerca a Bigott, que interpretó entre movimientos estrafalarios sobre todo temas de su último disco ‘The Orinal Soundtrack’. Cómo no, en los bises no podía faltar uno de sus hits ‘Dead mum walking’.

Prats estaba de estreno, con su ‘Pla B’, un pop arropado por la fuerza de Madee y que a u vez bebe de la herencia de The New Raemon. Se estrenaron delante de un público que se posicionaba tímidamente (era de los primeros grupos programados en el festival), y a momentos sonaban a coctel de Mishima y The New Raemon. Defiendieron lo suyo -aunque también cayó una versión más cañera de ‘Ja no sap greu’ de Paul Fuster -, arropados sobre todo por amigos y seguidores de la reserva indie catalana.

 Text: Tatiana Moret

Fotos: Xavi Torrent